El alemán, seguro que ha estado de viaje, ha flipado y les ha comprado el trasto. Conociíndoles por el mundo, que he dado con unos cuantos por ahí perdidos, son una gente comprometida de la ******, Keko.
Yo también he alucinado, por cierto. Me parece alucinante colocarle unos muelles a modo de amortiguador sujetos con un clavo retorcido y utilizar trozos de neumítico, cortados a modo de tacos para ruedas.