Home › Foros › QUEDADAS / EVENTOS / SPOTS › Una noche cualquiera en Moyano
Etiquetado: accidentes, Moyano
Este debate contiene 4 respuestas, tiene 4 mensajes y lo actualizó nico_berebere hace 12 años, 12 meses.
Ayer martes quedó después de cenar con mi amigo S para un cruising nocturno por Castellana, desde NM hasta Atocha, con desviación por Serrano (¡ah!, ¡qué acera!) y por los Jeránimos (sliding entre el gótico plateresco y el Prado).
Llegamos a la plaza de Carlos V ya cerca de las once, los dos con una sonrisa de oreja a oreja y comentando lo de siempre: cómo un día anodino de trabajo en mitad de la semana puede terminar siendo tan extraordinario con solo subirse en la tabla y empezar a deslizar, lo que se pierde el urbanita medio, que desconoce lo fascinante que puede ser su ciudad, que no experimenta esa transmutación de una realidad dura y gris en una nueva dimensión de juego y diversión donde las calles se ablandan y fluyen, etc., etc.
Y como nos queda un poco de tiempo antes de coger el último autobús y Moyano se ve completamente despejado, decidimos hacer una última bajadita en el spot de los spots (llevamos tan solo unos meses, y esto para nosotros es como meterse en Mundaka con dos metros). Subimos tranquilamente la cuesta apurando el momento y nuestra charla. Y cuando llegamos arriba descubrimos que no estamos solos. Hay un longboarder muy relajado sentado en su tabla con su humo y su musiquilla.
Yo subo todavía un poco más y cuando me vuelvo veo que el colega se ha levantado y está hablando con mi amigo acerca de si en la zona de la izquierda, según se baja, el suelo agarra mucho menos que en la zona del centro, etc. Supongo que no nos ve muy seguros y nos ha querido aportar su conocimiento del lugar.
Después de ese breve y muy agradable contacto con el “local”, inicio yo la bajada, sigui?ndome S unos cuantos metros atrás. Empiezo con un carveo suave, pero las durian amarillas que llevo no agarran precisamente mucho en un suelo como ?ste, así que me dejo ir recto y en cuanto voy un poco rápido me agacho, agarro con una mano la tabla, la otra al suelo y empiezo a derrapar de un lado a otro, controlando así la velocidad. A cierta distancia me sigue S que hace más o menos lo mismo, combinando giros de pie y agachado. Una vez superada la parte estrecha junto a las rejillas, me yergo para trazar unos giros amplios en el ensanchamiento final. Mientras conduzco uno de estos giros, oigo un estruendo enorme y miro hacia arriba para ver una escena que hace que se me hiele la sangre: el colega que habíamos encontrado arriba baja todo despendolado con la tabla cruzada haciendo un stand up largo, se cae hacia atrás justo cuando está a punto de arrollar a mi amigo y la tabla (una Bhangra o similar) sale despedida hacia adelante girando sobre sí misma en el aire y pasando a poca distancia de la cabeza de S. A continuación, la tabla cae al suelo y empieza a rodar a toda velocidad en línea recta hacia la plaza, por la que circulan en este momento una multitud de vehículos. Afortunadamente, choca no sé con qué y del rebote se vuelve con las ruedas hacia arriba y termina par?ndose poco antes de llegar a la calzada.
Voy a ver a mi amigo que, felizmente, está ileso, mientras el colega recoge su tabla, nos saluda con la mano y se marcha.
Nosotros cogemos nuestro autobús y para casa tan contentos, porque –aun con todo- el cruising y la bajada de Moyano habían sido muy estimulantes.
Si cuento esta pequeña anécdota no es con el propósito de criticar ni demonizar a nadie -insisto en que el protagonista había sido muy amable con nosotros, y lo que le pasó a él me puede pasar perfectamente a mí en cualquier momento, pues tengo sobrada tendencia a dejarme llevar por la euforia-, sino más bien como un ejercicio de autocrítica, que creo que todos nos podemos aplicar. Como una reflexión sobre los límites de este nuestro bien amado deporte.
En definitiva, hasta el más experto puede perder el control en cualquier momento. Y el control no se pierde… justo hasta que se pierde. Y cuando se pierde, un long es un trasto muy voluminoso, muy duro y muy contundente.
A diferencia de otros deportes más o menos radicales o extremos, que suelen practicarse en entornos naturales de acceso complicado o en donde solo se concentran los practicantes de la actividad en cuestión, todos los cuales han decidido voluntariamente asumir determinados riesgos, nosotros vamos con nuestras tablas por la misma calle por la que discurre una gente a la que le puede parece muy bonito lo que hacemos justo hasta que vean comprometida lo más mínimo su seguridad.
Creo que debemos ser realistas y muy conscientes de que nuestro entretenimiento se sostiene sobre un equilibrio –y nunca mejor dicho- muy delicado e inestable. La nuestra es una actividad parasitaria, un subproducto, del desarrollo urbano, porque necesitamos carreteras, calles y aceras, que no las fabrica la propia naturaleza (como una ladera de nieve virgen o una rompiente), pero, como es evidente, nadie fabrica carreteras, calles o aceras sólo para que nosotros patinemos. El activismo skate o long, como reivindicación de un uso alternativo –l?dico, recreativo y en el fondo más humano- del espacio urbano está muy bien, si asumimos que la ciudad no está hecha principalmente para patinar y que, por mucho boom que estemos viviendo, esto nunca será mayoritario. (Y la verdad es que no sé si a medio plazo un exceso de visibilidad terminará resultando mejor que la discreci?n).
De momento, disfrutamos de una tolerancia de facto (que a mí no me deja de parecer sorprendente), que ojalá dure mucho. Pero más nos vale a todos que tengamos –y yo el primero- un cierto cuidado con lo que hacemos.
(Disculpadme por extenderme tanto y por volver a un tema que ya ha sido tratado en otros posts)
Tienes toda la razón, lo que te quiero preguntar es: Si eres periodista o algo, relacionado con las letras, porque joder que bien lo redactas, parecía que estaba leyendo una novela.
Desde luego la redacción es espectacular, y te doy toda la razón en lo de que tenemos que tener cuidado, porque en cuanto no controlamos nuestra tabla se pueden producir accidentes muy serios.
Yo soy un afiliado 100% a Moyano, y bajo todo lo que puedo y más si cabe, y de decir que tiene una parte muy peligrosa que es hacia la mitad de la cuesta, porque llevas velocidad, pero no es el sitio ideal para derrapar ya que algunas losas están algo levantadas, y si derrapas casi de seguro te caes. A mi me pasó el viernes pasado, estaba bajando, y tuve que derrapar porque me iba a tragar sin querer a una persona y no tenía tiempo de esquivarla ni nada, derrapé, y se me fue la tabla por una de esas losas que digo están mal, salí rodando y la tabla volando, y pegué un grito para que se apartase la gente cuando ví que no controlaba, al final, la tabla se dió un golpe que le destrozó muchisima parte de madera y fibra, y yo una sudadera rota, sin necesidad de heridos, y me alegro de que no pasase nada, pero si sirvió de ejemplo para los que estaban (Uno más) para saber que podemos ser muy peligrosos es ciertos casos.
pos nico yo estoy en las mismas
vivo al lado de moyano y cuando tengo un rato libre me bajo a darle, y hace cosa de 2 meses se me engancho el brazo en una grieta y casi se me sale. llevo 2 meses sin derrapar y otro mas que me queda
Pues eso es mala suerte!, Espero te recuperes pronto y vuelvas pronto a darle!!
Debes estar registrado para responder a este debate. Registro
Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.plugin cookies
ACEPTAR